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viernes, 22 de octubre de 2010

Calpe visto por Madoz

Calpe visto por Pascual Madoz en 1845


El diccionario Geográfico-Estadístico-Histórico de España y sus posesiones en Ultramar de Pascual Madoz, tiene como parte de la evolución de la estadística en la España Contemporánea, unos claros antecedentes en los cuales se apoya el propio Madoz. Aparte el importante y aislado esfuerzo anterior de la Relaciones Topográficas de España (1575) hay que citar especialmente-sin contar los errores o limitaciones que puedan contener- el Catastro de Ensenada (1750-1753) realizado con vistas al establecimiento de una contribución única; el Censo de Frutas y Manufacturas de España e Islas Adyacentes (1803) realizado en 1799 por el Departamento de Fomento General del Reyno; los intentos de Martín de Garay –de 1817- para iniciar una estadística general de España; las medidas legislativas sobre estadística dictadas durante el Trienio Constitucional; las Matriculas Catastrales de Ramón Calatrava, que se apoyan en los pasos dados por Manuel Cortina en 1841; los trabajos de la Comisión de Estadística nombrada por el Ministro de Hacienda Ayllón, en 1843, y que fue presidida por el propio Madoz hasta su encarcelamiento en 1º de Febrero de 1844.

Por otra parte, trabajos que durante el siglo XIX prefiguran la obra de Madoz son, por ejemplo, el Diccionario Geográfico- Histórico de España (1802) de la Academia de la Historia que, aunque interrumpido por la guerra, abre el camino a intentos posteriores, el Diccionario geográfico-estadístico de España y Portugal (1826-1829) de Sebastián de Miñano; y la España Geográfica, Histórica, Estadística y Pintoresca (1845) de Francisco de Paula Mellado.

Pascual Madoz inició la empresa del Diccionario ya en 1834 y contó con más de veinte  corresponsales en toda España, recibiendo además documentación, noticias y datos de más de mil colaboradores, con lo que pudo haber impreso unos 100 volúmenes. Las cuatro primeras letras de la obra contienen 27.000 voces, es decir, las mismas que los diez tomos del Diccionario de Sebastián de Miñano que él siempre quiso mejorar. Aun antes de iniciarse la impresión- realizada en su propia tipografía- el Ministerio de la Gobernación, cuyo titular, Caballero, era geógrafo, dirigía una orden a los Gobernadores civiles para que se suscribieran al Diccionario todas las Diputaciones, Ayuntamientos, instituciones políticas o científicas e , incluso, las clases pasivas y los maestros.


Transcribimos a continuación el capítulo dedicado a Calpe.

CALPE. Villa con ayuntamiento de la provincia de Alicante ( 8 leguas) part. Jud. De Callosa de Ensarriá (3) , aud. Terr., c. g. y dióc. De Valencia (15) : situado en una loma a 800 palmos del mar, entre el cabo Toix y la punta que forma el monte Hifác: combatida principalmente por los vientos del E., con CLIMA templado y saludable, aunque en los años lluviosos suelen padecer algunas terciarias producidas por la estancación de las aguas que desde Benisá bajan por el barranco Salado, y por las que se detienen en el terreno que ocupaban unas antiguas salinas, secas hoy. Tiene sobre 300 CASAS de no muy buena fábrica y pobre aspecto, casa de ayuntamiento, cárcel muy mezquina; una escuela de primeras letras, á la que concurren 30 niños, dotada con 2,000 reales, y una iglesia parroquial (la Virgen de las Nieves), de primer ascenso, servida por un cura de provisión ordinaria, un vicario, y un dependiente: fuera del pueblo y sobre un pequeño monte, se halla una ermita dedicada a la Transfiguración. Esta villa está fortificada por dos muros antiguos; el primero de los cuales circuye todo el casco de la población, menos el arrabal, y el segundo se halla situado en el centro del pueblo con tres fuertes de batería. El término se halla enclavado entre los de Benisá al N. ; Altea SO., distante ambos sobre una legua más o menos, los cuales corren á unirse al O., en cuyo punto se encuentra una cordillera que viene desde Confrides con los nombres de Terrella y Bérnia, hasta introducirse en el mar, formando la punta o cabo Toix: en ella descuella el monte Oltá, de una legua de extensión, inclinado hacía el N., el cual se halla cultivado y plantado de diferentes árboles. Desde el S. hasta el E. se estiende la ensenada de Calpe, cuya punta meridional la forma la referida punta o cabo de Toix, y la oriental el remate de un peñasco alto llamado el monte Hifác, que ya hemos mencionado. El fondeadero de dicha ensenada, es corto abrigo de los vientos del E., al socaire del monte, y propio solo para el verano por la benignidad de la estación. Se fondea por 7 brazas de arena y alga al SE. De la villa, distante de la costa más inmediata como 2 ½ cables; pues aunque se pudiera ir mas al E., hacía el rincón, no es tan conveniente, porque en el sitio propuesto se puede dar la vela en vuelta del SE. Y si fuera necesario, con viento SO. No tiene aguada sino de noria y algo salobre. Cuando se vaya a tomar este fondeadero con viento del E. á NE. Fresco, es preciso mucho cuidado con las ráfagas o remolinos que bajan del monte, unas largas y otras escasas, con fuerza capaz de hacer una avería en la arboladura ó de zozobra. A la parte del E. del monte (en que corre la costa para el NO. ¼ N.), se puede fondear abrigados de los vientos O. y SO., pero se ha de quedar en 16 brazas ó mas, fondo arena o lama, de modo que se ha de procurar hallarse franqueados de la dicha punta Hifác, que es hondable, para poderla rebasar si el viento llama al E. ó SE., aunque en este último no es fácil tener rebasadero si se ha de estar abrigado del SO. El referido Hifác es un peñón enorme y casi aislado, que como hemos dicho, entra en el mar hacía el E., dejando por todas partes faldas ásperas é inaccesibles. Mirado de cierta distancia se parece a un navío unido á la tierra por su popa: llégase a la raíz de esta subiendo cuestas por espacio de una hora, a allí empiezan cortes perpendiculares que continúan como 800 palmos: al fin de este trecho empiezan nuevas cuestas para llegar á lo más alto, lo que se consigue en otra hora: desde allí disminuye sucesivamente la altura hasta la proa ó punta oriental, quedando por todas partes picos y quebradas, que impiden el paso ó lo retardan sobremanera. Como los argelinos infestaban aquellas costas, saliendo por las cales á robar hombres y mujeres, se escogieron varios puntos que servían de atalayas, para descubrir los piratas y avisar del riesgo a los incautos pastores y labradores. El más oportuno por su altura y el más seguro para los mismos guardas, era el peñón de Hifác, á cuya cumbre subían por la popa, venciendo los cortes perpendiculares con tres tramos de sogas sujetadas en otros tantos resaltes del monte, y por ellas trepaban con mucha presteza, llevando consigo con que comer y trabajar durante el día. No es Hifác tan alto como ponderó Escolano siguiendo a Miedes; pues lejos de ser el mas alto de de España, como supone, no llega aun á los de segundo orden del antiguo reino de Valencia: es enteramente calizo, y en parte de mármol blanquecino. Crecen el el muchísimas plantas, algunas de ellas poco comunes en la provincia, y de su raíz manan 3 fuentecillas de agua dulce. En las mismas  faldas se conservan todavía algunas ruinas de un antiguo pueblo que destruyeron las armas genovesas, según refiere Escolano; y en la llanura inmediata a las raíces había unas salinas que se abandonaron en el siglo pasado por creerse causa de las calenturas intermitentes que solían padecerse. Todavía en la actualidad se embalsan en aquel recinto, llamado el Saladar, las aguas que provienen de las lluvias, y no hallando salida, forman lagos pantanosos que se corrompen en el verano, con grave detrimento de la salud pública. Caminando desde el peñón como media hora hacía el SE., se hallan los Baños de la Reina, cuya municiona descripción, así como la de otros descubrimientos importantes, debemos al Sr. De Cabanilles, al que no podemos dejar de copiar, por haber sido testigo ocular en su expedición por el antiguo reino de Valencia. (omitimos la trascripción que nos ofrece Madoz por estar la de Cavanilles completa en otra parte de esta WEB). Ver Cavanilles



Mas adelante nos sigue contando Pascual Madoz…..El terreno es todo secano y de mediana calidad, plantado de algarrobos, almendros y viñedos; hacía la playa es el suelo árido y estéril, donde crecen arenarias, llantenes, onónides, y otros vejetales.
 Los caminos que salen de la villa para los pueblos limítrofes, son todos de herradura y bastante escabrosos, especialmente el trozo que se designa como Collado de Calpe. La correspondencia se recibe de la ciudad de Denia por medio de balijero, los lunes, miércoles y sábados, cuyos mismos días salen.

 PRODUCCIÓN: algarrobas, almendras, trigo, cebada, vino y pasa de moscatel; sostiene poco ganado lanar; hay caza de perdices, conejos y liebres, y pesca de toda clase en las riberas del mar. Industria: aunque este pueblo debía ser esencialmente agrícola, toda vez que su puerto no se halla habilitado, la agricultura, sin embargo, no presenta en él un estado muy floreciente; sin duda la calidad del terreno y el encontrarse casi privados de propiedad, por pertenecer á varios terratenientes de Benisá, les hace descuidar aquel ramo de la riqueza pública, aunque no tanto ahora como á últimos de del siglo pasado, y se dedican con afán a la pesca, para cuyo efecto se encuentran algunos almacenes en la orilla del mar, y no pocos al comercio ilícito, vicio que es común a todas aquellas costas, y que se halla fomentado por la abundancia de calas mal resguardadas, y la aspereza de los montes por donde se introduce en lo interior del antiguo reino. También se ocupan algunos en la elaboración de la pasa de moscatel.

COMERCIO: se halla reducido a la exportación de dicha pasa y pescado, é importación de algunos artículos de los que carecen los vecinos.

POBLACIÓN: 355 vecinos. 1320 almas.

CAP. DE PRODUCCIÓN: 1.157.000 reales vellón.

IMPUESTOS: 40.035 rv.

CONTRIBUCIÓN:8.007 rv.

PRESUPUESTO MUNICIPAL 6.000 rv, y se cubre con algunos arbitrios y reparto vecinal.

HISTORIA: Siendo el nombre de esta población el mismo que distingue una de las famosas columnas de Hércules,
En esta villa espresa su localidad como en aquella columna su naturaleza; pues según la raíz oriental de la que proviene, es aplicable á los objetos de elevación ó altura, lo es de las fortificaciones naturales, etc.: así se ha llamado Alpes a los ventisqueros de la de la cúspide de las montañas. La grande antigüedad de este nombre, persuade naturalmente la del pueblo que con él se significa. Algunas ruinas revelan también esta antigüedad. Han aportado muchas veces á esta población grandes armadas, como en el año 1360, que llegó a ella el rey Don Pedro de Castilla, con 80 naves, 41 galeras y otras velas, volviendo de su expedición sobre Guardamar., Barcelona e Ibiza, y salió para Alicante y Cartagena. En el año 1590 era notable en esta población un edificio de peña tajada que llamaban los Baños de la Reina, a los cuales se entraba por una cueva también de peña cortada.



En aquellos años ya Madoz nos cuenta que nuestra población tenía un clima "templado y saludable" a pesar de las fiebres terciarias que se producían por el encharcamiento de las aguas en el barranco Salado y en el lugar conocido como el Saladar .
A continuación el diccionario nos describe un pueblo pobre, sin casi recursos, sin comunicaciones- por otra parte igual a los pueblos limítrofes- sin aplicación hacía la agricultura por parte de los calpinos y, quien lo diría, un suelo árido y estéril alrededor de las playas.
Para una población de 1.320 almas, solamente existía una escuela y lo que es peor, de ellos sólo 30 niños asistían a clase, ello nos da una idea del analfabetismo que había en aquella época y a que temprana edad los niños se veían obligados a trabajar en el campo o en la mar. De todas formas, la tercera parte del presupuesto municipal de 6.000 reales se dedicaba a la educación de los calpinos.

Andrés Ortolá Tomás


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