Puerto de Valencia a finales del siglo XIX |
Por diversas circunstancias han sido muchos los calpinos que se han visto obligados a dejar la tierra en la que habían nacido e ir a la búsqueda de nuevos horizontes que les fueran más propicios. En la mayoría de los casos, las penurias económicas que durante siglos ha padecido esta comarca han propiciado la emigración de sus gentes en un intento de mejorar sus condiciones de vida. Salvo pequeñas minorías de carácter aventurero, la gente no suele abandonar su país nativo de no ser impulsada por un fuerte sentimiento de necesidad.
En la primera década del siglo XX con motivo del desastre que produjo la filoxera en nuestras viñas muchos de nuestros agricultores se vieron forzados a emigrar a Argelia o a la Argentina. Una agricultura de secano como la calpina, en la que además, las mejores tierras estaban en manos de propietarios foráneos, no podía subsistir después de la muerte de las vides.
Emigrantes europeos a su llegada al puerto de Nueva York |
Aproximadamente entre 1920-30 se produjo otra masiva emigración de un importante sector productivo calpino. La pesca de arrastre. Nuestros marineros y sus barcos tomaron los derroteros del sur de la península ibérica en busca de mejores caladeros. Ciudades como Málaga o Huelva. Pero sobre todo, el Puerto de Santa Maria, son fiel exponente de esta emigración. Muchos de ellos rehicieron sus vidas por aquellas tierras y allí continúan sus descendientes. Otros, volvieron cuando las condiciones les fueron más favorables.
Pero, hay otra emigración de la que se ha hablado mucho y se ha escrito poco. Nos referimos a la que más de 30 calpinos realizaron a las tierras de Norteamérica. Parecen pocos comparados con las emigraciones anteriores, sólo que en estos casos y sin excepción o eran muy jóvenes, caso de Juan Pineda, con sólo 16 años o iban padre e hijo como Pedro Ivars de 46 años (Pere el Roch) y su hijo Toni de 17. Nunca fue la norteamericana una emigración familiar. La gran mayoría fueron y vinieron solos.
Impensable hoy en día en que solemos proteger a los jóvenes en demasía, es el caso de del joven Juan Pineda, de su primo Blas y de José Jorro que con 16 y 17 años cada uno embarcan en el vapor Adriatic en Cherburgo, distante casi 2000 kilómetros de Calpe rumbo a Nueva York en donde llegan el día 15 de Octubre de 1920. Su caso no es el único, ellos al menos eran tres del mismo pueblo. Mucho más sólo debió sentirse el jovencísimo Juan Francisco Tur de 18 años, hijo de José Tur y que embarcó en el vapor Saint Paul desde el mismo puerto francés. Aunque viajaban en este mismo barco varios compañeros de estas tierras. Llegando a Nueva York el 14 de Agosto de 1920. Quizás fuera un consuelo para él, saber (si es que lo sabía) que tres días antes llegaron el Ti Pepe Benitet (José Bertomeu) de 37 años, Francisco Amorós de 17 y José Crespo de 37 que habían partido desde Burdeos embarcados en el Caroline.
Diego Martinez | Pepe Poquet, Domingo Crespo y Toni el Sargento |
El gran flujo de inmigrantes que recibe Estados Unidos a finales del siglo XIX y principios del XX, obligada a crear normas para recibir a ese aluvión de personas que huyendo de persecuciones políticas, del desempleo y del hambre ven a los Estados Unidos como su tabla de salvación. La primera guerra mundial y la rebelión bolchevique de 1917 sentenció una inmigración casi libre hasta 1914. En 1921 la Ley Temporal de Inmigración, pero sobre todo la Immigration Act de 1924, señalaron un límite al número de inmigrantes que había que aceptar y determinaron efectivamente, como cuestión de política nacional, que la inmigración no debía de hacer variar la composición racial o étnica del país. Esta ley restrictiva supuso el fin a la riada de inmigrantes.
Hasta 1924 fueron 22 los millones de personas que habían pasado por la Isla Ellis. Situada en la bahía de NuevaYork fue habilitada en 1892 para controlar y concentrar en un solo punto el flujo de inmigrantes. Entre ellos, naturalmente, los calpinos que se enfrentan a la aventura americana. El acceso a la base de datos de la Isla Ellis nos ha permitido rescatar las fichas de 36 de nuestros conciudadanos. Los primeros de ellos rumbo a Montreal en Canadá y que embarcaron en Valencia a bordo del vapor Antonio Lopez. Llegaron a Nueva York el día13 de Mayo de 1913.
Varios de los calpinos emigrados a norteamerica |
Veintinueve paisanos más llegaron a la isla Ellis en 1920, casi todos ellos a trabajar en fundiciones de acero o en el ferrocarril de Lackawanna en el norte del estado de Nueva York.
Alguno de ellos como Juan Pineda que fundó hasta su propia orquesta, se quedaron en tierras americanas. Otros como José Poquet y Francisco Martínez se quedaron varios años y con los ahorrillos americanos compraron propiedades a su regreso. La emigración se soporta mejor cuando va acompañada de una idea de regreso.
Para otros la aventura americana quedó sólo en eso, en una aventura que para ellos significó toda una experiencia única en su vida y de la que hablaban en cada ocasión que tenían.
Andrés Ortolá Tomás
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