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domingo, 12 de septiembre de 2010

Deslinde de las salinas de Calpe

COSTAS Y LAS SALINAS DE CALPE

Ha veces no se entienden algunas decisiones tomadas por las administraciones públicas. Una de ellas se produjo en 1993 en la que una Orden Ministerial declaraba las salinas de Calpe como Zona Marítimo Terrestre y digo no entenderlo por que lo que nosotros hemos conocido de toda la vida como el Saladar no ha formado parte de la mar al menos en los últimos 2.000 años. Y me explico, es sabido que aledaño a la instalación salinera existen restos de una importante factoría de salazón de época romana y que parte de alguna de sus balsas (concretamente una pegada a la misma acera de la Av. De Europa) se encuentra su fondo prácticamente en el nivel freatico de las aguas y no digamos una las villas principales que de entrar el mar  las hubiera inundado.
Mi experiencia personal (nací y viví en la casa de la salina durante 24 años) y mi afición a la investigación histórica me lleva a tratar de demostrar que las inundaciones de la salina calpina no se deben al agua del mar como argumenta Costas, si no a la del agua dulce. Sobre todo de la lluvia. Y digo argumenta Costas por la reunión –a requerimiento del Departamento de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Calpe-que tuve “in situ”con dos altos cargos de Costas de Alicante en el mes de Diciembre del 2004, en la que les expuse mis razones para creer lo contrario.
Vista de la salina y alrededores en Julio 1968
                                                                                                                                                                                                                                                     Durante siglos el principal problema del Saladar fueron las fiebres producidas por los mosquitos anofeles cuyas larvas se crían en agua dulce. Y paso a exponer parte de algunos documentos que obran en mi poder y que pueden aportar más información. Uno de ellos fechado en Madrid el 12 de Abril de 1787 y que dice:
Pág. 6 del Doc.
Doc. 12/Abril/1787
serian inútiles el gasto de esa cantidad, por la mala constitución de las eras y depósitos de la salina, por lo que no tendrían subsistencia las obras, por la falsedad del terreno y haverse planificado la fabrica sin mas arte, que el haverla formado cavando en un llano”. Es sumamente aclaratorio este documento ya que nos dice que la salina se construyó “cavando en un llano”. Más adelante nos dice: “ Con reflexión à este Ynforme, y àlos antecedentes que quedan explicados, nos parece: Que ès mui útil, y beneficioso àla Real Hacienda, y àla Villa de Calpe, el que desde luego se inutilice, y extinga la Salina de su termino, allanándola por quenta de la Renta, de modo que se dè corriente à sus aguas, sin peligro de que el revalso de ellas pueda perjudicar àla salud publica,
 La salina calpina había llegado a un grado tal de deterioro que era inviable el arreglarla y las lluvias de los últimos años habían reavivado el problema de las fiebres terciarias al encharcarse las aguas en las balsas abandonadas.
Como vemos esta es la partida de defunción de la salina calpina y lo curioso es que proponen destruirla aplanándola y tapando todas sus balsas y acequias, con el argumento de que no se formen charcas y no se reproduzcan las fiebres, pero además en el sentido de que los de Calpe no puedan aprovechar las instalaciones en beneficio propio.
Para dirigir los trabajos de inutilización de la fábrica de sal se traslada a Calpe el Visitador General de la Real Renta de Salinas Don Juan Pérez de Lazarraga, asistido de un escribiente interino y de un ayudante, los cuales contratan cuadrillas de peones y “en 32 días útiles de trabajo he logrado enteramente la destrucción y allanamiento a la referida fabrica, con la mayor perfección, hasta dejar el terreno, o sitio, en la propia disposición que crió naturaleza, e igual a la altura de los campos a su circunferencia, de forma, que quedando como queda, bien cerrada la acequia o conducto, por donde se introducían las aguas en la salina; y que las del invierno las consumirá la tierra”.
Esto sucedía en el mes de Agosto de 1787 y como podemos ver, los terrenos que comprendían la fábrica de sal quedan completamente llanos y sus acequias tapadas,
En 1792 Josep Cavanilles  nos dice: 
 "En la llanura contigua a las raíces de Hifac había unas salinas que se abandonaron estos últimos años por creerse causa de las calenturas intermitentes que solían padecerse. Lo cierto es que en años lluviosos se juntan muchas aguas en el recinto llamado del Saladar, y no hallando salida forman pantanos, y se corrompen en verano”.
Pascual Madoz  en 1845 en lo referente al saladar calpino expone; Todavía en la actualidad se embalsan en aquel recinto, llamado el Saladar, las aguas que provienen de las lluvias, y no hallando salida, forman lagos pantanosos que se corrompen en el verano, con grave detrimento de la salud pública”.
 En 1871 sale a subasta el Saladar y en dicho documento se dice: “Este terreno, convertido en una laguna y las partes altas en terreno salitroso y pantanoso, no produce nada ni es susceptible de cultivo alguno, únicamente cría escasos pastos”.
El 14 de Marzo de 1918, Vicente Buigues escritura la finca de 44 Hectáreas "plantada parte de viñas, cereales y el resto en casi su totalidad destinada a pastos con una casa de labor" según consta en la escritura.
Es obvio que parte de las tierras de las antiguas salinas se habían convertido a finales del siglo XIX en tierras de labor. Para el drenaje de los campos existían dos acequias una a Levante y otra a Poniente.
La lámina de agua que hoy conocemos es de la década de 1940 en la que se arrancan las cepas que existían en toda la zona norte de la salina y se construyen las balsas más grandes.
Si por los temporales de Levante hubiera entrado el mar hacía las salinas no hubieran prosperado ni las cepas de viña, ni los olivos centenarios que hasta hace poco había entre la playa de la Fosa y las salinas.
Por todo lo expuesto podemos deducir que el saladar no es  zona húmeda- a menos que llueva- y si no se bombeara diariamente agua de mar en el plazo de dos años se convertiría en un páramo menos en su parte central que es donde se encuentran las acequias más profundas.
 El día 8 de Julio de 2004 Costas declara: “En su virtud, la Dirección General de Costas, por delegación de la Excma. Sra. Ministra, ha resuelto: Declarar nula y dejar sin efecto la Orden Ministerial de 8 de enero de 1993, por la que se aprobó el deslinde de los bienes de dominio público marítimo-terrestre en las Salinas de Calpe”.
Lo sorprendente es que Costas ha hecho o esta tramitando un nuevo deslinde de la salina calpina haciendo caso omiso a la sentencia dictada por la Sala  de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Supremo de fecha 16 de abril de 2003.
Este expediente de deslinde al que me refería en Noviembre del 2005, se ha convertido en una realidad en Agosto de 2009, en que Costas ha iniciado un nuevo expediente de deslinde de las costas calpinas. Es un poco frustrante el que los poderes públicos sin argumentos válidos- al menos en el caso de la salina de Calpe- inicien un expediente de bienes de dominio público en un estado de derecho, sin presentar documentos que avalen la tesis mantenida por el Ministerio, siendo que si los hay en el sentido contrario.

Andrés Ortolá Tomás

 

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