Para cualquier calpino que haya vivido la bonanza económica de las últimas décadas, puede parecerle imposible que la gente de nuestra villa haya padecido en algunas épocas de su vida lo impensable. El Calpe de finales de la Edad Media era un pueblo pequeño, insalubre y pobre, sobre todo, muy pobre. El cultivo de unas tierras que en la mayoría de los casos no eran de su propiedad y el peligro que entrañaba trabajar cerca del mar. Los infelices calpinos de aquellos años temían lo que les podía llegar desde el otro lado del Mediterráneo, estaban expuestos al secuestro o lo que es peor, a la muerte a manos de los piratas berberiscos e incluso cristianos.
A lo largo de la historia de Calpe se han producido, a mi juicio, tres hechos muy puntuales que han contribuido a que en nuestro pueblo se produjeran importantes movimientos migratorios. El primero de ellos, el asalto padecido en 1637, el segundo, la plaga de la Filoxera de la vid en 1902, y el tercero, la crisis de la pesca de la década de 1920.
Vamos a referirnos a cada uno de ellos haciendo referencia a los censos desde 1609 año de la expulsión de los moriscos.
A principios del siglo XVII y según Escolano en sus Décadas (1610) Calpe tenía una población de 100 vecinos (aproximadamente 500 habitantes), en el Censo de 1642 los vecinos de Calpe eran sólo 58 y en el Fotgatge de 1703 continuaba con 59 vecinos. Era patente que algo había pasado para que Calpe perdiera casi la mitad de su población. Sencillamente esa perdida cabe atribuirla al asalto perpetrado por los piratas argelinos capitaneados por Alí Pichilín el día 3 de Agosto de 1637 y que por su interés transcribimos.
A tres días del mes de Agosto del año 1637 amanecieron sobre la villa de Calpe, 7 galeras de Argel con su arraez, Alí Pichilín, moro colorín, natural de Argel, y sin ser vistos, ni sentidos ( por averse dormido todos los centinelas en sus puestos), saltaron en tierra a la sonda 600 turcos, y arrimando escalas, assaltaron la desdichada y descuidada villa. Acrecentó su desdicha el hallarse fuera de la villa hasta 60 hombres, que en diferentes menesteres de negocios y caminos, havian salido en pocos días antes, hallándose dentro sólo 26 hombres, que despiertos al ruydo salieron con sus armas, y algunos dellos fueron muertos al salir de sus casas, por estar ya los turcos por las calles, los otros que pudieron subir a las murallas murieron en ellas defendiendo valerosamente sus vidas, su libertad y su patria.
El rector saltó al primer ruido, y como fiel sacerdote acudió a la Iglesia y sagrario, y sumido el Santísimo, tomó la puerta defendiendo con espada y rodela la entrada de la iglesia y sacrario, y hasta que aviendo recibido algunas heridas considerables, huvo de rendirse a la gran multitud de turcos. Las mugeres y niños al primer ruydo tuvieron lugar de recogerse a la torre fuerte, que está en medio de la villa, muy a salvo,echaron fuego a la puerta de la torre y obligaron a las mogeres y algunos hombres que avia en ellas a abrir y salir de la torre, porque el humo los agogava.
Levarónse (caso lastimoso, 290 personas entre hombres, mugeres y niños). Los muertos de Calpe fueron 10, y de los turcos 40, con más de 100 heridos. Llevarónse toda quanta ropa y menaje havia por las casas, sin dexar cosa en ellas, sólo se salvaron las campanas y 2 piezas de artilleria que avia y que las baxaron a embarcar, y huvieron de dexarlas por el socorro que acudió de las villas y lugares vecinos.
Como vemos en este documento publicado por Jaume Pastor Fluxá en su obra Historia de Calp, la población quedó reducida a 65 personas. Muchos años después Calpe continuaba sumido en la miseria. En 1679 en carta dirigida al rey Carlos II los calpinos pedian.
Señor. La Villa de Calpe, situada en las costas del mar del reyno de Valencia, dice que assí por la angustia de los tiempos, como por haver padecido la desgracia de ser saqueada de los moros, cautivados todos los vecinos della, allegando a tal miseria y falta de pobladores que no solo puede pagar enteramente a sus acreedores, pero ni aún tener en pie las murallas que precisamente ha menester para su defensa, porque suplica a Vuestra Majestad la favorezca dándole cartas para que la villa consiga una concordia proporcionada a los ahogos que se halla, en que recibirá singular favor de la poderosa mano de Vuestra Majestad......
No es hasta el Censo de Campoflorido de 1712-13 donde vemos que nuestro pueblo recupera los vecinos que tenía un siglo antes, son 108, sin embargo, en el Padrón de 1730 continua con 106 (500 personas).
El ataque sufrido por los calpinos el 22 de Octubre de 1744 no tuvo las dramáticas consecuencias que el de 1637 y a partir de ese momento mejora ostensiblemente la tranquilidad en nuestra costa.
El Censo de Aranda de 1768-69 (el primero que da las cifras en habitantes y no en vecinos) nos da la cifra de 910 calpinos, dedicados unos a la pesca de la sardineta desde tiempo inmemorial y a la del atún en la almadraba que se calaba en la playa del Bol, hasta la década de 1940,el resto a la agricultura de estas tierras pertenecientes en su gran mayoría a propietarios de Benissa.
El Censo de Floridablanca de 1786 es más explicito y nos refleja por edades, por estado civil y por profesiones como son los 843 habitantes de nuestra villa. A título informativo reseñaremos que habían 251 varones solteros y 181 hembras en la misma situación. Casados 179 y 184 respectivamente y viudos 19 varones y 29 hembras. Como dato curioso, sólo había una mujer soltera con más de 50 años y ningún hombre. Los menores de 25 años sumaban 405, de ellos 44 estaban casados.
Desde 1786 hasta la visita del botánico Cavanilles en mayo de 1792 y en sólo 6 años la población experimenta un aumento espectacular, pasando de 843 habitantes a casi 1200 (237 vecinos) según Cavanilles. No parece que el botánico se equivoque, ya que al año siguiente el Diario de Valencia del 16 de Noviembre de 1793 da la cifra de 240 vecinos. En su visita a Calpe, Cavanilles expone que "desalentados los de Calpe en vez de promover y mejorar la agricultura se dedican a la pesca y no pocos al contrabando", el campo calpino producía en 1792; 1200 cahices de granos, 150 de habas, 380 cargas de almendrón, 8400 arrobas de pasa, 2400 de higos, 38000 de algarrobas y 9500 cantaros de vino..
En el Censo de Pascual Madoz de 1842 tenemos 1320 habitantes que viven en "unas 300 casas de no muy buena fábrica y pobre aspecto, ayuntamiento y cárcel muy mezquina " más adelante nos dice, "los caminos que salen de la villa son todos de herradura y bastante escabrosos, especialmente, el trozo que se denomina Collado de Calpe".
En estas fechas ya hacía bastantes años que se habían abandonado las salinas (1787), encharcándose las aguas pluviales en ellas y produciendo las fiebres terciarias por las picaduras de los mosquitos. La agricultura sufre un retraso y la gente se dedica más a la pesca.
A partir de aquellos años la población sigue aumentando de forma paulatina. En los censos de 1857 contamos con 1667 habitantes, en 1860 son 1777, en 1877 con 1822, en 1887 con 2008 y en el censo de 1900 con 2415 habitantes y aquí sufrimos el segundo de los motivos de despoblación de Calpe.
La plaga de la Filoxera de la vid que destruyó este cultivo, llegando a desaparecer como plantación regular. La sobreexplotación de una agricultura de secano no podía subsistir con el añadido de la plaga de la Filoxera, ello forzó a que 109 calpinos abandonaran sus tierras en busca de mejores expectativas.
El Censo de 1910 contaba con 2306 habitantes y, a pesar que en 1920 éramos 2480, en las décadas siguientes el censo bajó considerablemente por el tercer motivo. La falta de rentabilidad de la pesca hizo que 321 calpinos emigraran al sur, a los puertos de Andalucía. Debido a esta emigración el pueblo de Calpe quedó en el año 1950 con sólo 1970 habitantes. Los mismos que tenia en 1880.
No es a partir de 1960 cuando Calpe inicia el despegue en que de un censo de 2177 en ese año, pasamos a 3399 en 1970, a 8000 en 1881, a 10683 en 1991 etc., cifras que no son debidas a una alta natalidad precisamente, si no, a la masiva inmigración de gentes que han venido a Calpe en busca de un futuro mejor.
En los momentos en que hilvanamos estas líneas la población de Calpe está en lo que los geógrafos dirían en sus "límites naturales" miles de viviendas en construcción. Poco agua y poca electricidad para una demanda de tantas miles de personas con necesidades modernas.
Hoy 2009 varios años después de escribir lo que antecede, la crisis económica posiblemente haga que Calpe pierda parte de su población, que podríamos cifrar en unas 34.000 almas y que la oferta de empleo calpina es incapaz de soportar. Hace años que sabíamos que Calpe era un gigante con los pies de barro y que el "desarrollo" de estos años era pan para hoy y hambre para mañana.
¿Cuándo se producirá la próxima emigración calpina? Dejo esta pregunta en el aire.
Andrés Ortolá Tomás
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