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domingo, 12 de septiembre de 2010

Los túneles del Mascarat

TÚNELES DEL MASCARAT

APERTURA DEL TÚNEL DE LA TORRETA

RESEÑA DEL COMERCIO DEL DIA 3 DE MARZO DE 1869

Cuando el amigo José Luis Luri me proporcionó esta reseña recuerdo que comenté con él que cómo esta crónica habla del tercer túnel del Mascarat siendo que este es el que hoy utiliza el trenet de la Marina y dicho tren no pasó por Calpe hasta 1915. Estuvimos comentando de la posibilidad de que dicha crónica se refiriera a otro túnel, pero la lectura exhaustiva de esta  nos llevó a la conclusión- y con toda seguridad- de que se refería efectivamente a un tercer túnel que se excavó en las mismas fechas que los otros dos del macizo del Mascarat. Y como creo que el documento no necesita de más comentarios paso a mostrárselo.
Dice así.
Demos hoy un momento de tregua a la política para dedicar unas cuantas líneas a un suceso que si es importante en si mismo, lo  es mucho más para nuestra provincia. Nos referimos a la perforación del túnel del Collado de Calpe en la carretera del litoral, verdadero acontecimiento para nosotros, puesto que pone en comunicación pueblos hermanos, separados hasta ahora por esa gigantesca barrera de roca interpuesta entre Alicante y las más pintorescas y ricas comarcas de su provincia.
Aparte del interés que nos inspiran siempre los grandes adelantos de nuestro país, comprenderán nuestros lectores la predilección con que hemos de mirar el que nos ocupa, tratándose de una vía de comunicación a la que por espacio de muchos años hemos dedicado parte de nuestras tareas. No extrañen pues, que entremos en todos los detalles de ese suceso que toda la provincia acogerá sin duda con gran satisfacción.
El día 26 del corriente, á las once de la mañana, previo aviso que el contratista de las obras dió, por la proximidad al encuentro de los avanzamientos de perforación del túnel 3º del Collado de Calpe, en la peña de la Torreta, asistieron á dicho punto el señor Ingeniero Jefe de la provincia D. Antonio M. Jáudenes, el encargado de las obras, D. Enrique Guillem, el contratista D. Federico Bas, el director de la empresa D. Francisco Morell, los ayudantes afectos al servicio de construcción, señores Galiana, Foglieti y Puigcerver, y varias personas distinguidas de Alicante y de los pueblos de la Marina. Habiase calado de antemano el grosor del macizo que mediaba entre las dos partes de la galería y se sabía que en el centro quedaban solamente diez centímetros.
Cuarenta y ocho barrenos se habían practicado en los dos frentes del avanzamiento y se hallaban cargados a la sazón.
Reconocido que fue, dispuso el señor ingeniero jefe se diera fuego a los barrenos,  sonaron las detonaciones de aquellos y 85? más que había en la parte inferior.
El aire fue el primer elemento que atravesó aquella a abertura, desalojando el humo de la pólvora y seguidamente, entre la algazara y vítores de los operarios, pasó el señor Jáudenes y demás que le acompañaban á aquel acto. Desde la boca del túnel recorrimos la galería en toda su longitud, siguiendo luego por la explanación ya practicada hasta el Collado de las Canutas. Cinco minutos tardó la comitiva en trasladarse de un extremo á otro, distancia que hasta aquel momento se había necesitado para recorrerla una hora.
Eran las doce cuando se llegó al mencionado Collado de las Canutas, y los convidados como los facultativos, pudieron admirar el magnífico espectáculo que produjo la voladura de 240 barrenos practicados en este Collado y los desmontes inmediatos.
Cuando el eco de las últimas detonaciones se perdía en las laderas de aquellos profundos barrancos regresó la comitiva á la boca S. del túnel en donde había dispuesto el contratista señor Bas un espléndido almuerzo.
El Sr.Jáudenes, siempre celoso por el buen resultado de las obras, no obstante que á simple vista se conocía el buen acierto del encuentro de los dos avanzamientos, ordenó se verificase un comprobación precisa antes de todo.
Verificada que fue ésta por el ayudante encargado de aquella sección Sr. Galiana y el director de la empresa Sr. Morell, resultó estar perfectamente la alineación y rasante en toda su longitud, á pesar de su pendiente al cinco por ciento, y de las grandes dificultades que la escabrosidad del terreno oponía á la verificación de los estudios y trazado definitivo.
Entonces dio principio el banquete, á cuyo final, el Sr. Morell instado por los concurrentes se levantó, pronunciando el siguiente brindis.
“El grado de cultura de los pueblos se ha manifestado siempre por la importancia de las obras de pública utilidad que han realizado.
Las pasadas generaciones emplearon esos esfuerzos levantando edificios religiosos y de defensa.
La nueva sociedad inspirada en la civilización del siglo XIX, principalmente desde que se han desarrollado sus ideas liberales, se consagra a la edificación de las obras que han de fomentar la riqueza.
Los gobiernos que han dado más impulso á esta merecerán siempre la gratitud de los pueblos.
El cuerpo de Ingenieros de Caminos que tanto á contribuido a su económico desarrollo merece también gran distinción.
Los hombres influyentes de la provincia que se han esforzado durante 25 años para estrechar sus relaciones por medio de esta vía de comunicación, son dignos del aprecio de todos.
Estas eminentes montañas y duras rocas que nos cobijan en este momento, tuvieron siempre separadas una parte de la otra, y las detonaciones de trescientos mil barrenos taladrados con el sudor de robustos hijos del país, unidas á las que acabáis de oír, han abierto para siempre el paso á través de estos gigantes de la naturaleza estrechando desde hoy las relaciones de pueblos hermanos.
Brindo, pues, por todos los que han contribuido á la realización de esta grande obra”.
Luego el Sr. Martín Martínez, abogado y propietario de Altea, pronunció el siguiente.
“La perforación que acaba de practicarse, señores, es un acontecimiento destinado á figurar en los anales históricos de la Marina, porque á no dudarlo la desaparición de esa valla contribuirá á la regeneración material del país y más que nada a la comodidad de los viajeros que arriesgaban su vida por esas asperezas malamente llamados caminos de herradura, como ha ocurrido con varios y muy recientemente con una  señorita que pertenece a una distinguida familia de la provincia. Yo saludo, pues, á la ciencia y sus nobles hijos que con tanto acierto la aplican y brindo por el Gobierno Provisional de la nación, brindo por el gobernador de la provincia, por el ingeniero jefe de la misma, por los ayudantes encargados de las obras, por el contratista Sr, Bas, que más que los resultados de un calculo mercantil se propone el bien del país en un incansable afán por los adelantos de estos trabajos dignamente secundados por el distinguido arquitecto don F. Morell y brindo señores, últimamente, por la salud y prosperidad de la patria.
Concluido el banquete, los convidados reunidos en una animada caravana, recorrieron de nuevo los trabajos, separándose enseguida para regresar á sus respectivas localidades satisfechos por la grata impresión que dejó en el ánimo de todos, tan grato suceso.
Así terminó ese acto destinado á ejercer una beneficiosa influencia en los adelantos materiales y morales de muchos pueblos, estrechando las relaciones entre centros importantes de población y puertos de gran porvenir para la actividad comercial y marítima de nuestra provincia.
Como podemos ver este precioso documento es suficientemente explicito y nos demuestra que el túnel que sale, al -efectivamente Collado de las Canutas- no es otro que el que utiliza hoy en día el trenet.

Andrés  Ortolá Tomás

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